Consejo: cápsulas vacías para cafeteras Nespresso

Que las cápsulas que distribuye Nespresso son de una calidad excelente no es ningún secreto, pero tampoco lo es que el precio puede resultar elevado si el consumo de cafés en el hogar es diario y constante.

Resumiendo, el coste de un café Nespresso (únicamente la cápsula con el producto) oscila entre los 0,29€ de usar las cápsulas compatibles que ha sacado Marcilla, de una calidad algo inferior, hasta los 0,39€ de las especialidades más caras de Nespresso.

Por otro lado, hay cafés, como puede ser el de la mañana, un día normal, antes de salir a trabajar, a los que, sin renunciar a la calidad, sólo les pidamos buen cuerpo, aroma y crema, dejando degustaciones más "delicadas" para momentos más pausados o los fines de semana.

¿Soluciones? La que he encontrado, personalmente, y que más me ha satisfecho es la utilización de cápsulas vacías compatibles de la marca Ne-Cap, con un coste de 0,10€ más alrededor de 0,05€ de café para rellenarla.

Tras varias pruebas, el resultado depende, como no podría ser de otra manera, además del rellenado en sí, de la calidad del café y el molido (tiene que ser fino, para cafetera exprés).

Por menos de la mitad del precio de las cápsulas originales (y sólo unos 10 minutos para rellenar 20 cápsulas) se obtiene, para diario, un café exprés a la altura del de cafetería, dejando el surtido de cápsulas originales para degustar con calma y tiempo el fin de semana.

En resumen: la calidad obtenida es satisfactoria y está a la altura de una cafetera exprés normal, con las ventajas añadidas de la limpieza y sencillez del sistema de cápsulas y tener un solo aparato para los cafés de diario y de fin de semana, aunque es, a mi juicio, válido para quien quiera utilizar la cafetera Nespresso únicamente con cápsulas vacías Ne-Cap. Por otro lado, para quien sea amante de las infusiones, he visto en algún comentario que se pueden utilizar para ese fin, rellenando de la combinación de hierbas que prefieras; será cosa de probarlo.

El sistema (no voy a extenderme) se basa en la base de plástico de la cápsula, que se llena de café de calidad, apretando un poco, se le quita la arandela superior, dejando al aire una parte adhesiva y cocando la tapa, de un material similar al papel de aluminio.

Dado que las cápsulas vienen ya con agujeros en la parte posterior, para que no se seque el café, es mejor almacenarlas en un recipiente hermético en el frigorífico.

Por lo que he visto, el sistema tiene detractores y seguidores, y en mi caso me ha parecido una opción, aunque, naturalmente, cada uno debe valorar los pros y los contras. Por supuesto, lo más cómodo, sencillo y fiable son las cápsulas Nespresso; eso es indudable.


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Calabacín rebozado con miel

En realidad no es una receta mía: acabo de tomarla en un restaurante de la cadena "Cañas y Tapas".

Se trata simplemente de pelar, salar y rebozar el calabacín, cortado en trozos de no más de medio centímetro de grosor y, una vez frito, echarle por encima un poco de miel a cada uno.

Se toma caliente.

Utiliza el método que más te guste para rebozar (harina y huevo, Rebocina o preparado para tempura) y disfruta de la mezcla de sabores que, créeme, merece la pena

Capón deshuesado relleno al horno

La receta puede hacerse con otro tipo de aves deshuesadas, aunque naturalmente, ajustando los ingredientes al tamaño. De todas formas, el capón se caracteriza por una carne prieta y jugosa y se presta de maravilla a platos como éste. Lo que te sobre, incluida la salsa, admite perfectamente la congelación

Ingredientes (6 a 8 personas):
- 1 Capón de aprox. 2,5 kg, limpio y deshuesado. Lo puedes encargar a tu pollero habitual o buscarlo en grandes superficies.
- 1/2 kg. de carne limpia de ternera picada.
- Un par de lonchas de tocino o jamón ibérico.
- 1 Trufa negra de bote o lata.
- 250 gr. de paté, preferentemente de ave, con un mínimo de 30% de hígado, aunque se puede utilizar cualquier tipo de paté en lata.
- 1 Huevo de gallina crudo.
- 10 o 12 huevos de codorniz cocidos y pelados (en grandes superficies los puedes encontrar ya hechos, en botes de 17 o 20, y con una caducidad de un par de años).
- Pimienta negra molida.
- Sal.
- Aceite de oliva virgen.
- Media lata de cerveza.

Antes de nada, advertir que es mejor preparlo la víspera o, si es una cena, esa misma mañana, pero necesitarás unas horas para que se enfríe antes de partirlo.

En primer lugar, pica el jamón o el tocino con la trufa e incorpóralo a un bol grande, junto con el huevo de gallina crudo, el paté y la carne. Salpiméntalo y trabájalo hasta conseguir una masa uniforme y que esté en su punto de sal.

El capón se sala bien por dentro y por fuera y se rellena uniformemente con la masa de carne, introduciendo con ella, más o menos repartidos por igual, los huevos de codorniz enteros.

Una vez relleno el capón, se cerrará la abertura con palillos o, mejor aún, cosiéndolo con cuerda de atar alimentos y una aguja de lana, de las grandes. Se le echa un poco de aceite de oliva y se reparte por toda la superficie con un pincel o nuestra misma mano. Se coloca en un barro o bandeja de horno y se mete en éste, previamente calentado a 180º, a una altura media - baja y con la panza hacia arriba.

Lo tendremos así durante una hora más o menos, rociándolo primero con la cuarta parte de la lata de la cerveza y, cuando comience a tener bien de salsa, con su propio jugo.

Pasada una hora, lo sacaremos del horno para darlo la vuelta con comodidad, lo volvemos a meter y echamos el otro cuarto de lata de cerveza.

A partir de ese momento, lo tendremos otra hora, rociándolo como mínimo cada 10 minutos con su propio jugo. Terminada esa segunda hora, bajaremos la temperatura a 170º y lo tendremos media hora más, sin dejar de rociarlo con su salsa. En total, habrá estado en el horno 2 horas y media. Notaremos que la carne ha quedado prieta y que, si lo pinchamos, apenas sale líquido y éste es transparente.

Lo ponemos escurrido en una fuente y lo dejamos enfriar hasta que esté a temperatura ambiente y se pueda meter en el frigorífico, donde lo tendremos hasta que se haya enfriado del todo y lo podamos partir bien.

Entretanto, habremos echado la salsa en un recipiente transparente, que nos permita, pasados unos minutos, ver cómo la grasa del animal ha subido a la superficie, pudiendo entonces quitarla en parte o totalmente (como se prefiera) y obtener una salsa más ligera para acompañar al capón.

A éste, una vez frío, se le quitan los muslos y las alas (que también están deshuesados y son ideales para quien quiera el capón sin relleno) y se lonchea con un cuchillo bien afilado en porciones de poco menos de un dedo de grosor (si se hace demasiado fino, se romperán con facilidad).

Se puede presentar frío, con una salsera con el jugo bien caliente, templándolo un poco en el microondas o calentar todo en una bandeja en el horno, teniendo cuidado no romper demasiado las tajadas al servir (en caliente pierden con más facilidad la cohesión).

Consejo: platos de pizarra

Lo que antes era un lujo, no sólo por el precio, sino también por la dificultad de conseguir, está ya al alcance de cualquiera.
No tienes ya excusa para no darle a tu mesa un toque diferente en ocasiones especiales con platos de pizarra, a la venta ya en muchas tiendas y grandes superficies. Los de la imagen, que utilicé para los ibéricos y el foie de la cena de Nochevieja, son del Carrefour.